Los tapabocas desechables terminan en aceras, ríos y playas de todo el mundo, amenazando el medio ambiente y los animales que los consumen, pues son productos que pueden tardar años en descomponerse. Las especies marinas son las más afectadas.
EHN en Español
Las alarmas por posibles incendios ya están encendidas. Según el Ideam, en este momento son en total 576 las poblaciones que tienen algún tipo de alerta por esta problemática y en los últimos días ha aumentado la amenaza en varias regiones.
Dotado de 3,5 millones de dólares, el fondo pretende cumplir y mantener las metas 30x30, una iniciativa que busca que todos los países protejan el 30% de su extensión terrestre y marina para 2030.
Asesinato guardián loro orejiamarillo. A Gonzalo Cardona lo mataron el 19 de enero de 2021 en Colombia y no se han capturado responsables.
"¿Por qué los trabajadores agrícolas alimentan a la nación pero no pueden obtener estampillas de comida?"
<p>Este comentario de Dolores Huerta, líder de derechos laborales, resuena conmigo. Al crecer en una aldea agrícola en Pakistán, la vista de los campos de mostaza amarilla en una mañana fría con un telón de fondo de niebla densa que se encuentra con un sol naciente está grabada en mi mente.</p><p>Me llaman la atención los problemas de salud de los trabajadores agrícolas, ya que la agricultura es tan esencial para la historia de mi familia. Vengo de una familia de agricultores de varias generaciones donde la agricultura se remonta a mis tatarabuelos. Pasé mis años de formación en las zonas rurales de Pakistán, observando de primera mano muchos desafíos de la equidad en salud. La inestabilidad económica y la ansiedad derivadas de la escasez de agua y los bajos rendimientos de los cultivos debido al cambio climático fueron una realidad que mi familia y muchos en mi comunidad vivieron.Al mudarme a los Estados Unidos, me di cuenta de que las injusticias que enfrentan los trabajadores agrícolas en la pequeña aldea agrícola donde me crié no son únicas. Más bien, incluso en la economía más grande del mundo, las personas que cultivan los alimentos de la nación son descuidadas y quedan sin protección social, de salud y laboral.</p><p>Como científico de salud ambiental, creo que corresponde a los científicos y a los encargados de formular políticas implementar políticas humanas basadas en evidencia que protejan a los trabajadores agrícolas. Hacer mi parte para cambiar esta opresión es el ingrediente principal de mi ikigai; un concepto Japonés que se traduce aproximadamente como "una razón de ser."</p>
Nuevo país, mismas injusticias
<p> Al principio de mi carrera, cuando aún vivía en Pakistán, trabajé en una granja como higienista industrial, donde el maltrato de los trabajadores—incluyendo los turnos de trabajo sin descanso, y prácticamente ninguna medida preventiva contra la exposición al calor—era común. </p><p> Estas experiencias me ayudaron a comprender que los factores que afectan la salud de los trabajadores están más allá de su control. También marcó mi trayectoria profesional en salud pública antes de saber que mi pasión tenía nombres elegantes como equidad en salud, justicia ambiental y derechos laborales. </p><p> Al mudarme a mi nuevo hogar, "la tierra de los libres y el hogar de los valientes", en 2013 las injusticias sistémicas fueron inquietantemente similares. Solo los sustantivos cambian, de cristianos a musulmanes y judíos, de migrantes afganos a migrantes mexicanos. Las opresiones enfrentadas por los trabajadores agrícolas tampoco fueron una excepción. </p><iframe width="100%" height="166" scrolling="no" frameborder="no" allow="autoplay" src="https://w.soundcloud.com/player/?url=https%3A//api.soundcloud.com/tracks/746466859&color=%23ff5500&auto_play=false&hide_related=false&show_comments=true&show_user=true&show_reposts=false&show_teaser=true"></iframe><p> A pesar de ser el pilar del sector agrícola de los EE. UU.—una industria que contribuye con alrededor de $ 1 billón a la economía de los EE. UU.— este grupo de trabajadores permanece en la sombra sin ningún tipo de protecciones brindadas por políticas de salud pública. Es difícil medir con precisión el estado de la migración, como la autorización legal de trabajo entre esta población. Las estimaciones sugieren que hay más de 2 millones de trabajadores agrícolas trabajando en los campos y alimentando a la nación. De estos, entre un 50 y un 70 por ciento no tienen autorización de trabajo. Además, la mayoría son migrantes e inglés no es su primer idioma. </p>"Excepcionalismo Agrícola"
<p> La mayoría de los trabajadores agrícolas no solo enfrentan los desafíos de ser trabajadores migrantes sin autorización de trabajo, lo que lleva a una explotación flagrante y abusos en el lugar de trabajo, sino que también sufren la carga pasada por alto del "Excepcionalismo Agrícola." </p><p> El Excepcionalismo Agrícola es una forma de opresión estructural que significa la exclusión de los trabajadores agrícolas de la mayoría de las leyes principales de protección de los trabajadores en el país. Por ejemplo, los trabajadores agrícolas fueron excluidos de la Ley Nacional de Relaciones Laborales, que protege los derechos de los trabajadores a la negociación colectiva, sindicalización y acción colectiva contra empleadores abusivos.</p><p>También fueron excluidos de las protecciones brindadas por la Ley de Normas Justas de Trabajo (FLSA, siglas en inglés), una ley federal que establece el salario mínimo, en el momento de su aprobación. Mientas se han agregado algunas protecciones desde la aprobación de la FLSA, los trabajadores agrícolas en pequeñas granjas — definidas como menos de 500 '<em>man days</em>' de trabajo agrícola donde un <em>man day</em> es equivalente a un empleado que trabaja por al menos una hora— permanecen exentos del salario mínimo y protecciones del pago por sobretiempo. Además, FLSA también establece la edad mínima para el trabajo agrícola a los 12 años.</p><h3><em><a href="https://www.ehn.org/farmworker-health-rights-and-justice-2644436920.html" target="_blank">Este ensayo también está disponible en inglés.</a></em></h3><p><span></span>Estas opresiones sistemáticas integradas en las políticas públicas y los prejuicios que enfrentan los trabajadores agrícolas basados en el sexo, el género, el origen étnico y la capacidad lingüística tienen un efecto perjudicial en su salud y bienestar. La discriminación acumulativa basada en estas identidades interdependientes también se conoce como interseccionalidad. Este status quo garantiza una respuesta con política y defensa mucho más fuerte.<br></p>Los científicos necesitan posicionarse al frente y hacer más
<p>"Cada tomate tiene una historia ... es una historia de familias transnacionales y sueños rotos", dijo Evelyn Encalada, organizadora de Justicia for Migrant Workers en Ontario, Canadá.</p><p>Esta cita captura la esencia de la difícil situación de los trabajadores agrícolas y humaniza a esta población tanto para los científicos como para la sociedad en general.</p><p>Los científicos a menudo se pierden en los detalles técnicos y los valores de p, perdiendo contacto con el elemento humano de las poblaciones a las que aspiramos servir.</p><p>Entonces, piense en el trabajador agrícola mal pagado y sobrecargado de trabajo cuando esté disfrutando de su ensalada. Todos los estadounidenses tienen un papel que desempeñar en la defensa de los derechos fundamentales de todos los trabajadores a través de la participación cívica activa y exigiendo políticas que protejan los derechos de los trabajadores.</p><p>"Se necesita más investigación" no es necesariamente cierto en la investigación de salud de los trabajadores agrícolas: existe mucha investigación para saber que hay que hacer algo.</p><p>Lo que nos falta es la traducción y aplicación de dicha investigación. Los científicos tienen un papel fundamental que desempeñar en traducir la evidencia de injusticia a políticas para mejorar las condiciones de trabajo de los trabajadores agrícolas. En lugar de escribir otra solicitud de beca de investigación persiguiendo otra idea de Torre de Marfil sin aplicación en el mundo real, los científicos deberían comunicarse con las comunidades afectadas, como los trabajadores agrícolas, evaluar sus necesidades y realizar una investigación aplicada e adecuada con el potencial de ampliar las intervenciones e informar las políticas públicas.</p><p>Deberemos hacer más y hacerlo mejor.</p><p>Por favor, acompáñenme para avanzar el cambio positivo y responsabilizarnos mutuamente. </p><img lazy-loadable="true" src="https://assets.rebelmouse.io/eyJhbGciOiJIUzI1NiIsInR5cCI6IkpXVCJ9.eyJpbWFnZSI6Imh0dHBzOi8vYXNzZXRzLnJibC5tcy8yMjU3MTQ5OC9vcmlnaW4ucG5nIiwiZXhwaXJlc19hdCI6MTY2NTg4MjQzM30.2PLAzXLiN5f2mwf2PvjVmfyUWu4Fr_1n_i7VmhuYUTo/img.png?width=980" id="309bf" class="rm-shortcode" data-rm-shortcode-id="3ca440f46396ce32c1df8ab86c265a01" data-rm-shortcode-name="rebelmouse-image" /><p><em>Ans Irfan, MD, MPH es estudiante de doctorado en salud pública (DrPH siglas en inglés) y profesor asociado en la Escuela de Salud Pública del Instituto Milken, Universidad George Washington. También es un Académico de Investigación de Políticas de Salud de la Fundación Robert Wood Johnson. Puede ser contactado al ansirfan@gwu.edu</em></p><p><em>Este ensayo es parte de "Agentes de Cambio", una serie en curso que presenta las historias, análisis y perspectivas de los líderes de salud ambiental de la próxima generación que provienen de entornos históricamente poco representados en la ciencia y la academia. Los ensayos de la serie reflejan las opiniones del estudiante y no las de EHN.org o la Universidad George Washington.</em></p>
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Estoy impaciente por el cambio. Los problemas ambientales y sociales del mundo están creciendo y extendiéndose como incendios forestales.
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Seguir con lo habitual no resolverá la injusticia climática o la extensa contaminación de plástico en nuestros océanos. Necesitamos empoderar a la próxima generación de líderes de salud ambiental y justicia para que hable abiertamente, compartan sus ideas audaces y actúen rápidamente y decisivamente para que podamos desarrollar soluciones efectivas para proteger nuestros ecosistemas y la humanidad.
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Una parte clave de este empoderamiento es centrar las voces de los científicos y académicos que han sido dejados al lado durante demasiado tiempo. La ciencia y los medios no son instituciones tradicionalmente diversas o inclusivas. Muchas mentes brillantes de entornos históricamente subrepresentados nunca son alentadas a cultivar sus ideas debido a prejuicios institucionales y sanciones implícitas pero no expresadas por ser diferentes.
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Además, la misión de traducir buena ciencia para la población general puede parecer de sentido común, pero mantenerse fiel a este objetivo frecuentemente implica ignorar los consejos de los adultos mayores respetables en el campo de la investigación. Durante demasiado tiempo, la comunicación científica se ha visto como una distracción para los científicos que se ven obligados a publicar artículos y recaudar fondos.
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<em><a href="https://www.ehn.org/why-im-dedicated-to-amplifying-neglected-voices-in-environmental-health-2644564467.html" target="_blank">Este ensayo también está disponible en inglés.</a></em>
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Con esto en mente, estamos lanzando una nueva serie en curso "Agentes de Cambio" para presentar las ideas y perspectivas de los líderes de la próxima generación que provienen de entornos históricamente poco representados en la ciencia y la academia.
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Invertir en sus ideas y desarrollo como científicos ayudará a catalizar el cambio que necesitamos para que el proceso de descubrimiento sea más equitativo y justo y, finalmente, avanzar nuestros esfuerzos para mejorar las condiciones ambientales y la salud pública para todos, especialmente los más vulnerables.
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Esta serie ayudará al público a darse cuenta de que la cara de la ciencia está cambiando y que la búsqueda de ideas y soluciones innovadoras será beneficiada por mayor diversidad.
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Esta diversidad lleva un largo retraso. Cuando era pequeña, nunca pensé que sería profesora o investigadora científica. Apenas sabía que estas profesiones existían, y no conocía a ninguna mujer estadounidense con padres de la India en estos roles.Mis padres emigraron de la India a los Estados Unidos en busca del sueño americano.
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Mi padre, el primero en su comunidad en completar estudios más allá de la escuela preparatoria, era médico.
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Vivíamos en la zona rural de Carolina del Norte y éramos parte de una comunidad muy unida de otras familias inmigrantes de la India repartidas por todo Carolina del Norte. Estas redes sociales ayudaron a mi familia a prosperar, pero había pocos ejemplos de personas que buscaban trabajo impulsados por un sentido de tener una misión, y mucho menos carreras profesionales que integren la ciencia y el cambio social.
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Avanzando rápidamente varias décadas, ahora soy profesora titular de salud ambiental en una de las principales escuelas de salud pública del país.
</p><iframe allow="autoplay" frameborder="no" height="166" scrolling="no" src="https://w.soundcloud.com/player/?url=https%3A//api.soundcloud.com/tracks/746536855&color=%23ff5500&auto_play=false&hide_related=false&show_comments=true&show_user=true&show_reposts=false&show_teaser=true" width="100%"></iframe><p>
Mi investigación se enfoca por mejorar la salud pública al enfocar la ciencia, la política y la práctica clínica como palancas de cambio. Durante la última década, me he centrado en los problemas de salud pública asociados con nuestro entorno químico invisible, que envuelve a todos, en todas partes, todos los días.
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Muchos de estos químicos son disruptores endocrinos conocidos que pueden interferir con la reproducción y el desarrollo saludable, y contribuyen a los riesgos de cáncer y la obesidad. Desafortunadamente, existen garantías mínimas para proteger la salud y la seguridad de los productos químicos industriales antes de que se introduzcan en el mercado.
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Yo investigo los impactos de químicos tóxicos a través del lente de la justicia social porque las comunidades de color y de bajos ingresos que usualmente experimentan exposiciones ambientales elevadas pueden ser más vulnerables a sus efectos tóxicos debido a la discriminación que enfrentan debido a su raza, clase y / o género.
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Por ejemplo, mi laboratorio busca identificar las causas de la exposición química elevada entre las mujeres de color, como las mujeres negras y latinas. Estamos desarrollando y probando un nuevo paradigma, que llamamos "la injusticia ambiental de la belleza", que vincula el racismo estructural con las normas de belleza que idealizan la blancura.
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Además, rastreamos cómo estas normas racializadas de belleza racializadas llevan a rituales tóxicos de belleza y a un mayor uso de productos que contienen químicos disruptores endocrinos perjudicantes. Como parte de este paradigma, también utilizamos tecnología emergente para comprender cómo estos químicos pueden contribuir a las disparidades raciales / étnicas en la salud reproductiva de las mujeres.
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Estoy igualmente comprometida a la comunicación científica para que investigaciones de alto calibre puedan llegar a todos, desde madres y padres preocupados hasta líderes en la comunidad empresarial y formuladores de políticas públicas a nivel local, estatal y federal.
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Al comenzar el próximo capítulo de mi carrera, me doy cuenta de que necesitamos nuevas voces para mejorar la salud pública ambiental y combatir la guerra actual contra la ciencia, así que estoy feliz de proporcionar a estos líderes emergentes un megáfono digital.
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Tienen mucho que decir y espero que los escuchen. Después de todo, la participación pública en la ciencia es la piedra angular de una democracia saludable.
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<img lazy-loadable="true" src="https://assets.rebelmouse.io/eyJhbGciOiJIUzI1NiIsInR5cCI6IkpXVCJ9.eyJpbWFnZSI6Imh0dHBzOi8vYXNzZXRzLnJibC5tcy8yMjU3NjY3OC9vcmlnaW4ucG5nIiwiZXhwaXJlc19hdCI6MTYxMzc5MzA5NH0.bg2d3721KdbWjzQvwBdmj1mLWRGKKg3TzxMQ64XLbNA/img.png?width=980" id="cb14b" class="rm-shortcode" data-rm-shortcode-id="cbe95eed3f1ef3b7a20f52f73c7aa01b" data-rm-shortcode-name="rebelmouse-image" /><p><em>Ami Zota está colaborando con EHN en Agentes de Cambio y es profesora titular profesora asociada de salud ambiental y ocupacional en la Escuela de Salud Pública Milken Institute de la Universidad George Washington. Síguela en twitter <a href="https://twitter.com/amizota?lang=en" target="_blank">@amizota</a></em></p>
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La investigación en materias de salud y su problema con la palabra "R"
15 September 2020
La pandemia del COVID-19 ha puesto de relieve las inequidades del sistema de salud de los EE. UU-y el campo de la salud pública, que incluye las ramas de la epidemiología y la salud ambiental, ha sido durante mucho tiempo cómplice de mantener estas desigualdades.
<p>Las personas de raza Negra y Morena se han visto afectadas de manera desproporcionada por el COVID-19, y esto no se explica a través del determinismo biológico, porque estas teorías son racistas y falsas. Siglos de injusticia económica, social y ambiental han dejado a las comunidades de color más susceptibles a enfermedades y dolencias.<u></u><u></u></p><p>El conocimiento sobre estas <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5844417/" target="_blank">inequidades sanitarias no es nuevo</a>. Es de conocimiento general dentro del campo de la salud pública que las comunidades oprimidas se ven afectadas por una mayor carga de enfermedades. A pesar de esto, no es una práctica común que el campo de la salud pública aborde las causas fundamentales de las inequidades sanitarias.</p><p>Dado que muchas personas están interesadas recientemente en seguir carreras en epidemiología con la esperanza de abordar estas inequidades, es imperativo que el mundo sepa que la epidemiología no ha priorizado el desarraigo de las causas fundamentales de las inequidades sanitarias, incluida la palabra r: RACISMO. De lo contrario, el campo hubiese comenzado a nombrar, comprender y abordar adecuadamente las causas sociales y políticas que sustentan las inequidades sanitarias cientos de años atrás.</p><h3><em><a href="https://www.ehn.org/racism-and-public-health-2647565616.html" target="_blank">Este ensayo también está disponible en inglés.</a></em></h3><p>Sin embargo, el campo está cambiando. Muchos académicos y comunidades de orígenes oprimidos se niegan a ser borrados y silenciados y están resaltando la necesidad de que la salud pública se mire en el espejo y desmantele las prácticas dentro y fuera del campo para lograr una salud óptima para todos, especialmente para los más oprimidos.<br></p><p>Yo soy una de esos investigadores.</p><p>Como Xicana, nieta de un bracero Mexicano, con raíces Hñähñu, fui testigo de las barreras sistémicas para una salud óptima que enfrentan las comunidades desatendidas. Incursioné en la salud ambiental porque fui criada como miembro de una comunidad que pensaba en cómo nuestras acciones impactarían al colectivo, incluida la naturaleza.</p><p>Una gran cantidad de prácticas familiares me conectó con los demás y con el medio ambiente. Cuando era niña, mi tío abuelo solicitaba mi ayuda para desgranar mazorcas de maíz para nixtamal de tortilla (mazorcas de maíz para tortilla nixtamal), transmitiendo el conocimiento cultural ecológico de Mesoamérica. Mis padres construyeron un pozo para recolectar agua de lluvia para uso doméstico, conectándome con elementos vitales.</p><p>También fui testigo de la explotación de los miembros de la comunidad y del medio ambiente en ambos lados de la frontera entre Estados Unidos y México. De niña visité una comunidad Mexicana que lamentaba la pérdida de su ecología y medios de vida después de ser desplazados por una represa hidroeléctrica. Como miembro de una comunidad de trabajadores agrícolas, fui testigo de la exposición de los trabajadores a riesgos laborales, mientras que a muchos se les negaba el seguro médico y los derechos básicos de salud.</p><p>Me han silenciado y he sido testigo de primera mano de cómo el campo de la salud pública no aborda los sistemas opresivos y racistas. Pero cada vez tengo más esperanzas: mi departamento actual da prioridad a la equidad, a la apertura, al aprendizaje de los fracasos y me ha demostrado que promover la equidad en la salud no es una moda pasajera, pero en palabras de mi mentor, el Dr. David Michaels, "es hacer lo correcto."</p><p>Mi grupo de MPH fue el más diverso (raza, etnia, clase, género, sexualidad) del que jamás haya formado parte y nos animamos mutuamente. Compartimos nuestras experiencias vividas y hablamos abiertamente sobre sistemas de opresión y salud. La Justicia Ambiental no era una palabra de moda de segundo plano, era lo primordial de nuestro trabajo.</p><p>Es a través de este tipo de reconocimiento de los sistemas y políticas racistas que el campo de la salud pública puede progresar y trabajar mejor para todas las comunidades.</p>
Inspiración desde casa
<img lazy-loadable="true" data-runner-src="https://assets.rebelmouse.io/eyJhbGciOiJIUzI1NiIsInR5cCI6IkpXVCJ9.eyJpbWFnZSI6Imh0dHBzOi8vYXNzZXRzLnJibC5tcy8yMzg5MzE2MS9vcmlnaW4uanBnIiwiZXhwaXJlc19hdCI6MTYzNzI5MDgwOH0.Iv_zZEYi7SRCCqGsVvxGjFxAll-WgMCdZHyqr877auE/img.jpg?width=980" id="d0b34" class="rm-shortcode" data-rm-shortcode-id="8b3562bc3297523bc8505d5b756a63e5" data-rm-shortcode-name="rebelmouse-image" data-width="1245" data-height="934" />La autora Brenda Trejo (centro) en Zimapán.
<p>Perseguí la educación en salud ambiental global y ocupacional para ayudarme a comprender mejor cómo se tomaban las decisiones que impactaban a las comunidades marginadas sin que se incluyeran nuestras voces.</p><p>Esto me tocó muy de cerca: la comunidad que ha sido el hogar de mi familia desde antes del contacto Hispánico, Zimapán, Hidalgo en México, estaba siendo amenazada por la construcción de un sitio de desechos tóxicos. La decisión de albergar desechos tóxicos de todo el mundo en Zimapán había excluido a la comunidad. Además, se mintió a la comunidad; originalmente les habían dicho que se estaba construyendo un centro de reciclaje. Pero la verdad salió a la luz.</p><p>Reconociendo que la exposición a tales tóxicos afectaría negativamente la salud y la ecología de la comunidad, un movimiento social local, <a href="http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0188-77422011000200010" target="_blank">Todos Somos Zimapán</a>, se movilizó para evitar la construcción del sitio. Los miembros de la comunidad que abogaban por un medio ambiente saludable se encontraron con opresión y violencia, <a href="https://e360.yale.edu/digest/164-activists-were-killed-defending-land-and-water-last-year" target="_blank">tácticas que comúnmente enfrentan los defensores del medio ambiente y la tierra en todo el mundo</a>, especialmente en América Latina.</p><p>Zimapán ganó su lucha contra el sitio de desechos tóxicos y me inspiró, catalizando mi carrera académica y mi compromiso con la salud pública; mientras que solidificó mi compromiso inquebrantable con la justicia social y ambiental, la reverencia por la naturaleza y el llamado vocacional para proteger el medio ambiente y la salud humana.</p><p>Esta carrera me ha ayudado a identificar algunas de las mayores debilidades del campo de la salud pública, incluido el etnocentrismo y la falta de comprensión de los sistemas de opresión.</p>Reimaginando el ambientalismo
<p>El campo de la salud ambiental es predominantemente blanco y se centra en el ambientalismo estadounidense y los valores científicos occidentales. El conocimiento occidental ha monopolizado el poder y se presenta como la única forma correcta de conocimiento.</p><p>Mi programa de estudios ambientales de pregrado colocó a John Muir y a <a href="https://www.sierraclub.org/michael-brune/2020/07/john-muir-early-history-sierra-club" target="_blank">otros racistas en un pedestal</a>. Muchos de mis compañeros manifestaron su ambientalismo a través del consumo de productos ecológicos y caminatas en solitario mientras usaban costosos equipos recreativos para actividades al aire libre comprados a empresas que tienen como objetivo ayudar a los ambientalistas estadounidenses a "recrear" las relaciones humanas con la naturaleza, que han sido rotas.</p><p>Va más allá del ambientalismo: estos puntos de vista del ambientalismo informan la salud ambiental manteniendo la raza blanca por defecto y como norma. El blanco es con mayor frecuencia la raza incluida en la investigación de salud ambiental. La salud de las personas no blancas se compara con la de las personas blancas, sin tomar en cuenta las experiencias, los desafíos y las características únicas de las comunidades Negras y Morenas.</p><p>La salud ambiental también ha subdividido el medio ambiente en una serie de "exposiciones" que impactan la salud humana. Estas exposiciones se enmarcan como algo separado de los humanos y son definidas por científicos, no por comunidades.</p><p>Soy tan Americana como el maíz. Sin embargo, mi ambientalismo se ve diferente a lo que me enseñaron en mi programa de estudios ambientales de pregrado. Mi salud ambiental reconoce que la justicia ambiental, es justicia reproductiva, es justicia social, es justicia climática, es justicia de inmigrantes, es justicia.</p><p>Mi ambientalismo también está informado por la interseccionalidad. El campo de la salud ambiental apenas está rasgando la superficie para entender la raza y el racismo. La interseccionalidad es un marco que articula cómo los diferentes sistemas de opresión, no sólo el racismo, se cruzan e impactan las vidas de las comunidades y de los individuos. Mi salud ambiental incluye comprender cómo mi posicionalidad, incluyendo privilegios y desventajas, afecta mi compromiso con patrocinadores, otros investigadores y participantes.</p><p>Mi salud ambiental comprende que cuando los seres humanos contaminan el medio ambiente, los seres humanos se hacen daño a sí mismos.</p><p>Mi ambientalismo y salud ambiental se hace eco del de Berta Cáceres, la líder Lenca que fue asesinada en Honduras por defender los ríos sagrados. En la cosmovisión Lenca de Berta, la naturaleza vive y su lucha por la justicia se basó en la comprensión de la intersección de las estructuras de dominación y de explotación.</p><p><em>"Esta región montañosa tiene una fuerte relación con el pueblo Lenca, los bosques están vivos, las montañas están vivas. Este es un río vivo que se ve amenazado por la construcción de seis represas hidroeléctricas ... Desde la cosmovisión Lenca, el agua es un elemento fundamental, así como la tierra es parte del equilibrio y la creación, los espíritus viven en el agua. Por eso es fundamental respetar y cuidar el agua como un ser, como nosotros. Esto explica por qué una comunidad tiene tanta fuerza para defender un río." Berta Cáceres (Amigos de la Tierra 2017).</em></p><img lazy-loadable="true" data-runner-src="https://assets.rebelmouse.io/eyJhbGciOiJIUzI1NiIsInR5cCI6IkpXVCJ9.eyJpbWFnZSI6Imh0dHBzOi8vYXNzZXRzLnJibC5tcy8yMzkxODMyMi9vcmlnaW4ucG5nIiwiZXhwaXJlc19hdCI6MTY3MDkyNjk2OH0.OB6I2GjHybQFLRx_tSC_X0HPebEjY-eyXkcQ_fxVkUg/img.png?width=980" id="88c04" class="rm-shortcode" data-rm-shortcode-id="0d01eebb4c8627f026d06fc9170c4dc9" data-rm-shortcode-name="rebelmouse-image" data-width="799" data-height="1099" />
Eyespeak, Glendale Community College Time Capsule Monument. Crédito: Liliflor Art
Diciendo la verdad al poder
<p>Si bien ahora me he reincorporado a un departamento que reconoce el racismo y la justicia ambiental, aprendí por las malas que no todas las instituciones lo hacen.</p><p>En mi anterior programa de doctorado, me quedó claro que el departamento no entendía las causas fundamentales de las desigualdades sanitarias que podía mejorar enormemente su investigación participativa comunitaria. Sentí que una parte clave de la investigación debería ser integrar mejor la comprensión de las causas fundamentales de las inequidades en la salud y las prácticas antirracistas dentro del departamento. Compartí estos pensamientos con sugerencias concretas en una reunión centrada en el futuro del departamento. Me recibieron dos profesoras blancas que me dijeron que claramente no tenía ni idea sobre participación comunitaria y que estaba pasando por alto los programas del departamento que desde años llevan a cabo investigaciones participativas basadas en la comunidad.</p><p>También silenciaron repetidamente las voces de las personas no blancas del grupo. A pesar de esta desvalorización, compartí mis pensamientos con todo el departamento en voz alta. El hombre blanco que lideró la reunión recibió mis comentarios diciendo "está bien, haremos que el departamento vote sobre eso", y continuó escuchando a los demás e incorporando sus comentarios, mas no los míos.</p><p>No se llevó a cabo ninguna votación ni se discutieron los sistemas de opresión. Decepcionada, salí temprano de la reunión. Reconocí que el departamento no iba a cambiar a corto plazo y necesitaba estar cerca de personas que reconocieran y resaltaran el racismo.</p><p>Unos meses después, me transferí de departamento porque había experimentado un nivel inimaginable de discriminación por parte de profesores, personal y estudiantes.</p><p>Mi experiencia fue "desalentadora", por decir lo mínimo, pero comparto mi testimonio con otros estudiantes de color, ya que los animo a unirse y permanecer en el campo de la salud pública, para que sepan que no están solos cuando enfrentan discriminación y tácticas para silenciar sus voces o borrar sus aportes.</p><p>Como mentora, animo a los jóvenes de color a involucrarse en la salud pública porque necesitamos estar en los puestos y salas de toma de decisiones que impactan la salud de nuestras comunidades. La mayoría de las veces, estas decisiones se toman sin nosotros.</p><img lazy-loadable="true" data-runner-src="https://assets.rebelmouse.io/eyJhbGciOiJIUzI1NiIsInR5cCI6IkpXVCJ9.eyJpbWFnZSI6Imh0dHBzOi8vYXNzZXRzLnJibC5tcy8yMzkxMjEyNi9vcmlnaW4uanBnIiwiZXhwaXJlc19hdCI6MTY2NDgwNjg1M30.qPYPZXpeIhvorotbnqAdlRmBO18mVGDDVEJOXj927cg/img.jpg?width=980" id="768b1" class="rm-shortcode" data-rm-shortcode-id="c7b95381931a68f61aafc63f7771ed97" data-rm-shortcode-name="rebelmouse-image" data-width="1245" data-height="934" />
Priorizando la salud de los más oprimidos
<p>Un año después, ese antiguo departamento está siguiendo el tren de las instituciones que articulan públicamente su compromiso de volverse antirracistas. Mi esperanza es que estas palabras vayan acompañadas de acciones y que el racismo no sea el único sistema de opresión que condena la salud pública.</p><p>A veces me he sentido avergonzada del campo de la salud pública porque se niega a nombrar el racismo, sexismo, xenofobia, clasismo y otros sistemas de opresión. Me inspiro en mi cohorte de Agentes del Cambio que, sin pedir disculpas, saca a la luz las muchas formas en que la salud puede mejorar. Sus trabajos están infundidos de abundantes formas tangibles de desmantelar los sistemas de opresión y de avanzar hacia la equidad en salud.</p><p>Tengo algunas sugerencias propias para el campo:</p><ul><li>Nombrar el racismo, sexismo, xenofobia, homofobia, clasismo y trabajar para desmantelar estos sistemas opresivos.</li><li>Reconocer qué políticas e historias han sostenido estos sistemas de opresión.</li><li>Enseñar a los estudiantes, al personal y a los profesores a identificar cómo se benefician y/o están en desventaja debido a estos sistemas, y cómo eso influye en la financiación de su investigación, las relaciones con los participantes, oportunidades y otros aspectos. A esto se le llama comprender su posicionalidad.</li><li>Dejar de morder las manos que nos alimentan y curan (trabajadores agrícolas, trabajadores de la salud y otros trabajadores esenciales).</li></ul>
<p>En mi investigación espero inculcar estas ideas y continuar hablando frente a la injusticia, porque las vidas de las comunidades oprimidas y marginadas están literalmente en riesgo, incluida la mía.</p><p>Extiendo una invitación a todos a priorizar la salud de los más oprimidos, porque nuestra liberación está amarrada al otro. Hay ataduras, y el COVID-19 lo demuestra claramente. Debemos estar comprometidos el uno con el otro.</p>
<img lazy-loadable="true" data-runner-src="https://assets.rebelmouse.io/eyJhbGciOiJIUzI1NiIsInR5cCI6IkpXVCJ9.eyJpbWFnZSI6Imh0dHBzOi8vYXNzZXRzLnJibC5tcy8yMzg4NTg2MC9vcmlnaW4ucG5nIiwiZXhwaXJlc19hdCI6MTYyNzU0MzMwOX0.AqoOMDdccguR4c6R456C2M-4knK2V2m3KINoBNNoSOs/img.png?width=980" id="db3fb" class="rm-shortcode" data-rm-shortcode-id="24945da796c4fb99095a2c3d934da12b" data-rm-shortcode-name="rebelmouse-image" data-width="504" data-height="504" /><p><br><span></span></p><p><em>Brenda Trejo, MPH es estudiante de doctorado en el Departamento de Salud Ambiental y Ocupacional de la Escuela de Salud Pública del Instituto Milken de la Universidad George Washington.</em></p><p><em>Este ensayo es parte de "</em><a href="https://www.ehn.org/agents-of-change-in-environmental-health-justice-2641248263.html" target="_self"><em>Agentes de Cambio</em></a><em>", una serie en curso que presenta las historias, análisis y perspectivas de los líderes de salud ambiental de la próxima generación que provienen de entornos históricamente poco representados en la ciencia y la academia. Los ensayos de la serie reflejan los puntos de vista de los autores y no los de EHN.org o La Universidad George Washington.</em></p><p><em>Fotografía del encabezado: <a href="http://www.qetza.com/" target="_blank">Jorge Garza — http://www.qetza.com/</a></em></p><p><em><span></span>Traducido del inglés al español por Katia Rodríguez Cabreja, Bronx, NY, 3 de septiembre 2020</em></p>
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